En un hecho histórico para la provincia de Santa Fe, el gobernador Maximiliano Pullaro y el ministro de Obras Públicas, Lisandro Enrico, firmaron el acta de inicio de la obra del nuevo puente Santa Fe–Santo Tomé, una de las inversiones en infraestructura más relevantes del actual gobierno. La adjudicación fue otorgada a la Unión Transitoria de Empresas conformada por Pietroboni, Semisa y Cosivial SA, con una inversión total de $39.811 millones, íntegramente financiada con fondos provinciales.
Pullaro subrayó que la obra es posible gracias a un modelo de gestión basado en la honestidad, eficiencia y austeridad. “Bajamos los costos en la obra pública hasta un 70 % y los gastos corrientes en un 40 %. Hicimos lo que teníamos que hacer”, afirmó. En este sentido, destacó que ya hay 1.562 obras en marcha en todo el territorio provincial.
Un puente que une y transforma
La obra del nuevo viaducto no es solo una solución vial largamente esperada: es un símbolo de desarrollo, compromiso y decisión política. El nuevo puente tendrá 1.324 metros de longitud, se construirá al sur del puente actual sobre el Río Salado y contará con dos carriles exclusivos para el sentido hacia Santa Fe. El puente existente se destinará al tránsito en sentido contrario.
El proyecto incluye además accesos modernos, bicisendas y obras complementarias que buscan no solo mejorar la circulación, sino también garantizar mayor seguridad vial para los miles de usuarios que diariamente transitan entre Santa Fe y Santo Tomé, actualmente más de 40.000 vehículos por día.
Los primeros 30 a 60 días estarán destinados a los estudios de suelo, tras los cuales comenzarán las obras de infraestructura. Según lo anunciado por las autoridades, el avance está garantizado presupuestariamente, lo que asegura que no sufrirá paralizaciones.
Apoyo político e institucional
El acto de firma fue acompañado por una nutrida representación institucional: los intendentes Juan Pablo Poletti (Santa Fe) y Miguel Weiss Ackerley (Santo Tomé), el senador Julio Garibaldi, el ministro de Economía Pablo Olivares, autoridades de Vialidad Provincial, concejales, exintendentes, funcionarios provinciales y comunales.
El ministro Enrico remarcó que esta obra “marca un cambio de época. No es solo obra pública: es una reafirmación del rol del Estado provincial en un contexto nacional adverso”. Además, destacó que “el pago está garantizado: es una obra que simboliza el presente y el futuro de Santa Fe”.
El senador Garibaldi enfatizó que el puente “salda una deuda de décadas por parte de los gobiernos nacionales” y celebró que la Provincia haya decidido tomar la iniciativa con presupuesto propio. En la misma línea, el intendente Poletti remarcó que se trata de una obra que une familias y mejora la calidad de vida, mientras que Weiss Ackerley destacó su impacto en la integración metropolitana y la descongestión vial.
Una visión estratégica para el desarrollo
Además del impacto urbano y social, la obra representa un motor de empleo, dinamismo económico y reactivación productiva. Desde el Gobierno de Santa Fe aseguran que esta infraestructura forma parte de un plan integral de desarrollo que prioriza la obra pública como herramienta para generar trabajo genuino, fortalecer vínculos y potenciar la competitividad provincial.
“El puente Santa Fe–Santo Tomé es mucho más que una estructura: es una decisión política de avanzar, de cumplir, de hacer”, expresó Olivares. Y concluyó: “Esta gestión demuestra cómo se deben hacer las cosas: con responsabilidad, planificación y sentido común”.
Obra pública con sello santafesino
A contramano de la paralización de obras en gran parte del país, Santa Fe da una señal clara: es posible hacer obra pública con eficiencia, sin corrupción y con recursos propios. La construcción del puente Santa Fe–Santo Tomé quedará como un hito de gestión y un legado para las próximas generaciones.